Las expectativas son más positivas respecto de la especialización de los centros, frente a los hospitales  generalistas, la reducción de los tiempos de hospitalización, la humanización y adaptación al paciente y, en general, los edificios e instalaciones sanitarias. No obstante, estos factores tienen también un porcentaje de personas que consideran que van a empeorar superiores a la media, por encima del 10-15% de los entrevistados. Son, por tanto, factores relevantes, de los que en general se espera una evolución positiva pero no están exentos de duda en una parte de la población. En el extremo inverso, la masificación es el principal problema que se augura para el futuro. Un cuarto de los entrevistados espera que empeore y casi un 40% no espera una evolución positiva respecto del momento actual.

A medida que la experiencia con los centros sanitarios es más intensiva, la percepción futura se vuelve ligeramente más pesimista. Esto estará parcialmente asociado a la edad. No obstante, es interesante que entre los usuarios más intensivos hay una perspectiva menos favorable en aspectos que probablemente estén experimentando más en este momento: la amplitud de los espacios, la masificación, el confort térmico y acústico o la mejora de las instalaciones de ocio y restauración. Son más críticos además con la evolución de los tiempos de hospitalización.